Si buscamos una excusa para echarnos la maleta o la mochila encima y conocer lugares que nos ofrezcan una experiencia evocadora y memorable, no lo dude: el vino es un excelente compañero de viaje.
El vino llegó a Galicia con los romanos, mas fueron los cisterciencienses que se ubicaron en monasterios del sur de Galicia los responsables de su expansión.
Miguel de Cervantes se hizo eco de la importancia del vino de Ribeiro, el cual se vendía en media Europa en el siglo XVII, y era embarcado para América.
En el siglo XIX, en medio de una economía deprimida, muchos viñedos se abandonaron al emigrar los trabajadores. Muchos fueron en parte los que contribuyeron a desarrollar los viñedos en bancales de la región del vino de Oporto.
Cuando España entró a formar parte de la Unión Europea en 1986, comenzaron a llegar fondos de desarrollo a Galicia que contribuyeron al resurgimiento de la industria vitivinícola.