El valor de las Rutas Temáticas para el necesario cambio de modelo turístico

Las Rutas Temáticas se han mostrado durante años como una excelente propuesta para dinamizar turísticamente un territorio. Nos apoyamos en un desarrollo turístico basado en destinos, como la fórmula territorial y conceptual más operativa y eficaz de planificar y gestionar el turismo.

Pero los tiempos cambian y los turistas han cambiado. Antes la pregunta era: ¿dónde vas a ir? Ahora es: ¿qué vas a hacer?

rutas temáticas

No podemos soslayar esta cuestión, el territorio siempre será importante, pero las actividades a desarrollar, las motivaciones de las personas que visitan un lugar, son hoy el motor principal. El atractivo de mayor importancia.

Debemos mucho a  algunas Rutas Temáticas que han conseguido crear una verdadera oferta en sus territorios. La metodología para ponerlas en marcha es bien conocida:

  • Trabajo de campo para evaluar los recursos: culturales, naturales, turísticos, etc.
  • Entrevistas con agentes turísticos y estudio de los mercados potenciales
  • Establecimiento  de categorías de sitios patrimoniales, de categorías de recursos turísticos y de tipologías de consumidores potenciales.
  • Selección de  los recursos que cumplen  con una serie de requisitos de calidad que previamente establecidos  (ubicación, horarios de apertura, personal especializado, idiomas, dispositivos o sistemas de interpretación del patrimonio, guías, etc.)
  • Para los mercados  seleccionar aquéllos que presentan mayores expectativas de éxito (cercanía, accesibilidad, empatía, interés, motivación, etc.)
  • Tras el diagnóstico de los recursos y el análisis del mercado establecemos el recorrido detallado de la ruta.

Posteriormente esas rutas se señalizan, se hacen guías, páginas web, se presentan en ferias, etc. Pero no todas se convierten en un producto turístico, algunas de ellas languidecen sin que prácticamente  nadie las visite, las recorra.

¿Qué pasa después con esas inversiones? Y aún peor, ¿con las expectativas creadas en la población local de esos  territorios? Son proyectos que  se estancan duran te años y que no encuentran conexión con el mercado.

La carencia más importante de muchos de estos proyectos  es la ausencia de un portafolio de productos y un ente de comercialización de la ruta. Falta la figura encargada de la comercialización y distribución de esos productos turísticos que ni siquiera se han llegado a crear.

Nos falta el producto turístico, clave para lograr el desarrollo turístico deseado, una necesidad de muchos destinos.  En esos casos la ruta no se convirtió en una verdadera oferta turística.  La promoción no estaba conectada con la comercialización. Las administraciones públicas crean la ruta dentro de sus proyectos de desarrollo local pero no pueden gestionarla comercialmente.

La falta de ese portafolio de producto y el que no exista un ente gestor de la ruta, donde participen actores públicos y privados, son determinantes para que los proyectos no tengan éxito.

El papel de las agencias de viajes es clave. Hay que conseguir que desarrollen su faceta de receptivos y quizás modificar la división legal entre mayoristas y minoristas. Hoy, hay  pequeñas agencias que  ofrecen productos muy segmentados, que se han convertido en mayoristas-minoristas para satisfacer las necesidades de un público de nicho. Están creando el producto turístico del futuro, con una andamiaje legal del pasado.

Es el momento de profundizar en el cambio de nuestro modelo turístico:

  • No podemos aumentar indefinidamente el número de llegadas y pensar que eso es tener éxito.
  • Hay que buscar otros beneficios además de los económicos.
  • Promover el desarrollo local de nuestros territorios.

Bajo el paraguas de la SOSTENIBILIDAD, una necesidad para que podamos hablar realmente de proyectos de futuro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *