“Si aquí tú ahora clavaras un punto e hicieras un círculo 20 kilómetros a la redonda, cogerías toda la desembocadura del río Ebro con bancos de atún rojo, sardinas, langostinos… cogerías las dos bahías con viveros de ostras, mejillones… las dos barras de arena sumergida que hay con mariscos de arena, berberechos, almejas de carril, cañuts… las rocas de Sant Carles de la Ràpita y de la Ampollà con toda clase de mariscos, peces de roca, meros…. Cogerías los arrozales, ranas, patos… las zonas de pasturas con toros, corderos, cabras… las únicas salinas que hay en Cataluña, cogerías las zonas de aceite y trigales de los alrededores, las zonas de fruta seca y cítricos… todo, todo lo que compone la dieta mediterránea se puede encontrar, todo. Ningún lugar del mundo tiene en un radio de 20 kilómetros la variedad de recursos que hay aquí. Y pocos sitios tienen una variedad paisajística como esta, aquí es mundo, allí otro y allí otro. Esto, turísticamente y gastronómicamente, es una joya. NADIE… se ha enterado”
Esta reflexión entrecomillada es de Josep Bertomeu, conocido popularmente como Polet, un personaje emblemático y muy conocido en el Delta del Ebro (provincia de Tarragona). Se autodefine como un payés fustrado y es un defensor de las tradiciones más arraigadas en el Delta del Ebro en torno a la cultura del arroz. Este fragmento transcrito es el final de esta entrevista que se puede escuchar íntegra a continuación, aderezada por sonidos propios del plantado del arroz, de algunos instrumentos tradicionales y con la intervención de más personas presentes e implicadas en la fiesta tradicional del arroz (celebrada ese día en Deltebre), Polet nos explica cómo es el método tradicional del cultivo del arroz y algunas reflexiones interesantísimas en torno al Delta del Ebro y sus posibilidades a nivel gastronómico y turístico.
Este trabajo es parte de la recopilación de sonidos y testimonios en torno a una nueva propuesta de ruta en el proyecto de Paisajes Sonoros. La cultura del arroz, entre el mar y la tierra en el Delta del Ebro. ¿Por qué el Delta del Ebro y por qué la cultura del arroz? Personalmente, es un territorio que siempre me ha llamado la atención por su riqueza paisajística, no en vano hablamos del tercer delta en superficie de todo el Mediterráneo, sólo superado por el del Nilo y el del Ródano. Si a eso añadimos las 23.000 hectáreas de arrozales que se extienden por toda su extensión, todo un condicionamiento para tradiciones y modos de vida de sus habitantes, unido a una riqueza gastronómica inigualable de productos de la mar, el cocktail es único.
Hay otro factor que resultó determinante. El Delta del Ebro es Parque Natural y acaba de ser nombrado Reserva de la Biosfera. Una figura de protección, esta última, que pone el acento en la forma en que se han sabido conciliar las actividades humanas y la conservación del medio ambiente, la excusa perfecta para trazar una propuesta en un proyecto como el de rutas y paisajes sonoros, que busca justamente la interacción entre recursos etnográficos y medioambientales.
‘Arrozvolución 000’
Justamente ayer SEO/BirdLife ha presentado un proyecto muy interesante en la zona. ‘Arrozvolución 000’ pretende recuperar el cultivo del arroz «sin químicos ni maquinaria» en la reserva ornitológica Riet Vell del Delta del Ebro. El objetivo de esta iniciativa es convertir el cultivo en un recurso turístico y de sensibilización ambiental. SEO/Birdlife custodia este espacio desde 2001 para la observación de aves y experimentar mejores prácticas para lograr una agricultura sostenible, con certificación de arroz ecológico. Esta nueva iniciativa ahora permite al visitante participar en su plantación, cosecha y manipulación.