Hace unos días se ha conocido un estudio firmado por la escuela de negocios americana George Washington University y la Asociación Internacional de Empresarios Especializados (ATTA, por sus siglas en inglés) en donde se afirma que el turismo de aventura ha triplicado su volumen de negocio en todo el mundo en los últimos tres años. Ha pasado de facturar 62.000 millones de euros en 2009 a 197.000 en 2012.
Este producto turístico implica la práctica de actividades físico-deportivas en contacto directo con la naturaleza. En ocasiones las exigencias del escenario y la propia actividad requieren de participantes muy expertos, con alto grado de cualificación y especialización, aunque por lo general las propuestas pueden clasificarse según su dificultad: baja, moderada o alta. Es importante tener en cuenta que el turismo aventura busca el ocio, a diferencia del deporte de aventura, que tiende a la competencia y requiere de un entrenamiento más exigente.