En Septiembre de 2013 me plantearon un reto, y a mí los retos me encantan, son la salsa de la vida, adrenalina pura, emoción por la incertidumbre y una lucha contra las limitaciones autoimpuestas. El reto consistía en estar 32 días en Ibiza y hacer de ello un libro de 120 páginas. Lo de 120 páginas fue más una manía mía que otra cosa, me parecía un número bastante redondo y místico. El libro tenía que estar acabado al finalizar el periodo.
Hasta ese momento nunca había acabado nada que mereciera la pena destacar. Soy muy de empezar cosas y dejarlas a medias. Quizás por esa manía que tengo de rizar el rizo y darle mil vueltas a todo. Pero esta vez el objetivo era claro, las limitaciones de tiempo y espacio me obligaban a ir al grano.
Aunque el tema del libro estaba claro -la isla de Ibiza en formato guía- y la técnica también -el dibujo-, no sabía muy bien cómo enfocar el libro: cuan objetivo o subjetivo debía ser, lo que iba a aparecer y lo que no, la finalidad del libro, a quien iba dirigido, cómo iba a estructurarlo… Tenía ciertas nociones de lo que quería, algo así como el “Barcelona M´inspira” de Lapin, pero quería darle una vuelta de tuerca más (como no).
Una vez llegué a Ibiza y empecé a dibujar y a investigar sobre la isla tuve claro unas pocas cosas: Ibiza tiene 5 municipios, tiene lugares maravillosos, tiene una historia interesante y tiene muchas más cosas que ofrecer a parte de playas y discotecas… pero sobre todo, me di cuenta de lo útil y agradecido que es tener amigos que conozcan sitios, que te lleven a ellos, que te aconsejen y que te cuenten anécdotas.
En las guías de viaje estándar siempre echo en falta un enfoque más personal, si la historia no me la cuenta una persona ni me entretiene ni me la creo. Por otra parte los cuadernos o diarios de viaje demasiado personales pueden llegar a no ser nada útiles. Digamos que las guía de viajes estándar son como unas indicaciones técnicas para hacer un retrato y un diario de viajes es más bien un autorretrato.
Me pareció que quedándome en medio haría justo un libro que me gustaría tener, leer y que sería útil para viajar. Metafóricamente, el enfoque del libro debería ser algo más o menos así: un amigo que es dibujante te escribe y dibuja una guía de Ibiza, para que tu la utilices. Es un libro subjetivo pero con una finalidad objetiva.
Todo esto es una rallada mental como otra cualquiera, quizás demasiado ambiciosa. La percepción del lector podría no ser la que acabo de describir y que todo esto sea una simple declaración de intenciones. Pero ya he dicho que me encantan los retos, y este es uno de ellos. La próxima guía será mejor (o no)
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Me encantan las guías de viajes con personalidad, en las que conoces un poco al que ha pasado por las mismas tierras que estás recorriendo. Felicidades!