Torre de San Miguel

Ruta por Otxate. La Fascinación del Misterio – 1ª Parte

Vista de la Torre de San Miguel

Estaba escuchando la radio, discutían sobre el significado de la palabra “Otxate”, nombre del pueblo que vamos a visitar en unos segundos. Como dicen algunos investigadores, Otxate tiene como significado ‘la Puerta de Gog’, personaje de la Biblia en el Apocalipsis de San Juan. La traducción del nombre, deriva de varias teorías sobre éste:

  • “Portillo de Lobo”,  del vasco otsa (de otso,  lobo)  y ate (puerta, portillo, desfiladero).»
  • “Puerta de arriba”,  cuando el pueblo se llamaba Goate en 1134.»
  • “Puerta del frío” o “Puerta de los secretos”.

Escuchar las palabras “misterio” y “fenómenos paranormales”, unidas al nombre de Otxate, llamó rápidamente mi atención y decidí ir a hacer unas fotos. Sobre el pueblo abandonado y en las ruinas de Otxate, situado en el Condado de Treviño a unos 15 kilómetros de Vitoria, se cuentan varios hechos misteriosos.

Un sábado de octubre dejamos el coche en el recodo de un camino malísimo y anduvimos unos metros hasta entrar en el pueblo. Eran las 16:30 de la tarde, el cielo estaba totalmente despejado, ni rastro de nubes, estábamos a 32 grados y encima empezaba a dolerme la cabeza intensamente. Había tomado la precaución de cargar el móvil y la cámara, porque se dice que hay fallos como descargas de las baterías de forma fulminante. Y empezamos el recorrido:


Tan solo se mantiene en pie la torre de la antigua iglesia de San Miguel, construida en 1234 y situada sobre una altura de 702 metros dominando la llanura Es visible a varios kilómetros de distancia debido a su piedra blanquecina, por lo que algunos historiadores coinciden en que pudo haber servido como guía o faro para los carruajes y los campesinos entrada la noche.

La portada de su iglesia fue trasladada en 1964 y se colocó en la Iglesia Parroquial del vecino municipio de Uzquiano. Alrededor de la torre hay abundantes piedras, trozos de lo que en algún día fueron paredes y vigas de madera. También se conservan  los restos de una antigua ermita, en un alto a la derecha de la torre, conocido como Ermita de Burgondo. Los orígenes de esta ermita siguen siendo un misterio, y es uno de los lugares que más leyendas concentra.

Además podemos observar una necrópolis medieval, en una zona conocida como “El Hoyo de Otxate”, donde unas pocas tumbas llaman la atención por su pequeño tamaño. Para localizarla tienes que  situarte de espaldas a la torre, e ir andando en dirección  45 grados hacia la derecha, en la elevación que surge al otro lado de la vaguada.

Esta necrópolis se relaciona con la presencia de la orden de los caballeros templarios, pero también se ha dicho que eran de niños o extraños seres venidos de otros planetas de tamaño anormalmente pequeño. No debemos olvidar que en la zona se encuentran abundantes cuevas que fueron escavadas y habitadas por los eremitas, cristianos que buscan la soledad en lugares recónditos. Los enterramientos eran realizados directamente sobre la tierra y las tumbas excavadas en la roca por ellos.

Se cuentan  historias, como la de un misterioso desconocido que apareció muerto en las inmediaciones. Se dice también que pudo existir  un tercer templo dedicado a San Pedro, del que hoy en día no quedan rastros. La sensación a primera vista fue de profunda desilusión, no es que esperara encontrarme  un pueblo hecho y derecho, pues ya sabía que estaba en ruinas y abandonado, pero la vista deja bastante que desear. La Torre de San Miguel se encuentra “decorada” con grafitis, en su interior se acumula basura, a pocos metros una buena pila de ruedas de coches y seguimos encontrando basura, mucha basura.  ¿Cómo puede una torre declarada Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León encontrarse en esas condiciones…?

Una vista general más y la desilusión dieron paso al respeto, a la tensión y a la precaución. La vegetación es escasa, los cuatro árboles grisáceos que podemos encontrar apenas tienen ramas, algunas parecen haber sufrido un incendio y no tener vida y las plantas venenosas existentes en el lugar son multitud.

Los primeros asentamientos en Otxate datan de unos 3000 años antes de Cristo. En 1557, Otxate estaba despoblado y así se mantuvo hasta 1750, fecha a partir de la cual se convirtió en uno de los principales núcleos de crecimiento y actividad de la comarca. Fue en esa época cuando empieza a desarrollarse la «maldición» que azotó al pueblo. Según la leyenda, se dice que en sólo diez años, de 1860 a 1870, tres grandes epidemias de tifus, cólera y viruela arrasaron la población.

En 1860 se extiende la viruela, sobreviviendo apenas una decena de personas. El pueblo consigue rehacerse y nuevos habitantes pueblan sus casas, pero en 1864 se propaga el tifus de forma devastadora. En 1870, una epidemia de cólera sepulta de manera definitiva a las personas que intentaban reconstruir y poblar el pueblo. Tal es la devastación, que el pequeño cementerio de la localidad no pudo abastecer a todos los cadáveres.

Lo curioso era que sólo quedara arrasado Otxate y no  afectara a los pueblos cercanos, como sería lo lógico, ya que mantenían comunicación a través de las relaciones familiares, del comercio de víveres o medicinas. Si bien, hay que decir que las fechas de las plagas no coinciden ni con las fechas de plagas generalizadas que hubo de tifus, cólera y viruela en el resto de la provincia de Burgos, ni en la vecina provincia de Álava, donde no existen datos en los archivos locales ni episcopales de mortandades elevadas.

Hoy en día el pueblo está abandonado, los últimos habitantes se fueron a principios del siglo XX,  probablemente a municipios de los alrededores.

Acerca de Vicky Duro

Soy miembro de AEFONA (Asociación Española de Fotógrafos de la Naturaleza) y Focus on Planet, así como socia de El Ojo Vago. También puedes seguirme en www.dereflex.net Actualmente trabajo para DMC Gestión de Destinos, S.L y HAIZELAN Sociedad Coperativa en la ilustración de guías de rutas y viajes, folletos y planos.

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